Mientras que los mamíferos viven en un universo de percepciones olfativas, el estudio de los aparatos sensoriales en las aves demuestra que estas viven en un universo visual. Muchos de los mensajes por medio de los que se comunican entre sí se basan en fenómenos en los que la vista desempeña un papel trascendental. En conjunto, poseen una excelente visión de los colores, que falta en los mamíferos (salvo en los primates).
No podemos dejar de pensar que paralelamente a estas posibilidades de percepción se han desarrollado un conjunto de caracteres de coloración, ante todo en el plumaje. Sin duda alguna, aparte de algunos grupos de insectos y de peces, es en las aves donde la coloración alcanza su máxima diversidad. Lo que a nosotros nos parece simplemente estético, tiene en realidad, un valor utilitario para las aves, ya que sirve como medio de expresión en la mayor parte de los comportamientos sociales y sexuales.
Estos colores son producidos de formas diversas. Unos tienen su origen en mecanismos relativamente simples basados en substancias de alto poder absorbente, llamados pigmentos. Estas substancias absorben una fracción de los rayos luminosos incidentes, los filtran y reflejan solo una parte del espectro lumínico. La luz blanca se transforma de esta manera, y la superficie que contiene estos pigmentos toma un color determinado por la naturaleza del mismo y la calidad de su absorción espectral. En otros casos el efecto de color, debido a fenómenos ópticos más complejos, se produce a nivel de estructuras más finas que reflejan o interfieren los rayos luminosos. La estructura fina de la pluma interviene en todos los casos para modificar la apariencia de color. La suma de todos estos factores y sus combinaciones producen una gama casi infinita de variaciones en el color.
PIGMENTOS (MELANINAS)
Las melaninas son sin duda los pigmentos más abundantes en el reino animal. Se encuentran ampliamente distribuidas entre las aves,
siendo responsables de las coloraciones negras, grises, pardas y marfiles, tan frecuentes en todos los grupos de aves. Intervienen también en la producción de las coloraciones llamadas “físicas”, donde es primordial su papel de pantalla y absorbente; además, de intervenir en las interferencias características de los colores metálicos.
Podemos clasificar las melaninas en dos tipos, las eumelanina que es responsable de las coloraciones negras y todos los tonos derivados; y las feomelaninas que producen los colores pardos en todas sus variaciones. Esta pigmentación está bajo la influencia del sistema endócrino y sobre todo de la glándula tiroides. La eumelanina presente en los machos, está con frecuencia sustituida por feomelanina en las hembras, debido a la acción de las hormonas sexuales.
Un dato curioso es que la cantidad de melanina, por consiguiente la intensidad de la coloración que determina, está relacionada con la humedad del ambiente donde vive el ave. Siendo más oscuras aquellas de zonas húmedas que sus contrapartes de lugares desérticos.
Las melaninas provienen de los aminoácidos que ciertos alimentos aportan al organismo y que algunas enzimas, como la tirosinasa, transforman en melanina. De esto deducimos que la composición y la calidad de los alimentos influyen en el tipo e intensidad de la coloración.
PIGMENTOS (CAROTENOIDES)
Estos pigmentos son los responsables de la mayoría de los colores rojos o amarillos, muy extendidos en la naturaleza y cuyo nombre proviene de la zanahoria (Carota), de donde fueron extraídos por primera vez. Son insolubles en agua, pero solubles en grasas, con frecuencia reciben el nombre de lipocromos o de pigmentos grasos.
Estos pigmentos, se depositan en el extremo distal de las plumas, que en la base conservan su estructura y coloración clásicas, sobre todo a nivel del plumón basal casi siempre coloreado de negro por la melanina.
Estos pigmentos están ampliamente distribuidos entre las aves, siendo responsables, no sólo, de las coloraciones rojas y amarillas, sino también de los verdes y violetas. Algunas familias carecen totalmente de estos pigmentos.
Al igual que las melaninas, pueden colorear asimismo el pico, patas y las partes desnudas del cuerpo. El color de la yema del huevo, se debe también a los carotenoides.
LA TURACINA
Extraño es el caso de la turacina, pigmento que toma el nombre de los Turacos, aves pertenecientes a la familia Musofagidae propia del África tropical que se caracterizan por poseer, en su mayoría, una mancha de color carmín oscuro sobre las alas. Esta coloración se debe a un pigmento muy especial, que es capaz de decolorarse y desteñir sobre el animal vivo, sin que se deban triturar las plumas para extraerlo. El naturalista francés Jules Verreaux fue el primero en notarlo durante una expedición al África en 1818 de la cual escribió, – Durante las lluvias copiosas que duraron varios días,… su plumaje estaba tan empapado de agua que no podían volar. Habiendo conseguido, después de muchos intentos, agarrar un ejemplar por el ala, y que se me escapó, cuál fue mi sorpresa al ver mi mano coloreada de un rojo como sangre, coloración que desapareció rápidamente después de lavarme-.
Se ha descubierto que esta sustancia, la turacina, es una porfirina, emparentada con la hemoglobina; esta última contiene un átomo de hierro, mientras que en la turacina este es remplazado por uno de cobre.
Muchos turacos, por lo menos los del género Tauraco poseen un plumaje en gran parte verde. Pero contrariamente a la mayoría de las aves, esta coloración no se debe a una estructura especial de las plumas, sino a un verdadero pigmento llamado turacoverdina, cuya composición es aún desconocida.Todo esto hace de estas aves sujetos singulares desde el punto de vista químico.
LOS COLORES POR DIFUSION
Es sorprendente a primera vista el hecho de que en las aves no exista ningún pigmento de color azul propiamente dicho. Sin embargo, este color esta ampliamente distribuido en numerosos pájaros de diversas familias; los cuales presentan zonas azules muy extensas. Estos colores se producen por la reflexión y absorción de la luz blanca incidente.
Cuando un rayo de luz blanca atraviesa un medio constituido por minúsculas partículas en suspensión, estas determinan una infinidad de reflexiones. La parte roja del espectro es absorbida mientras que la azul es reflejada más intensamente.
Las barbas de la pluma presentan una estructura especial constituida por una capa de queratina refringente que forma una cubierta, bajo la que se encuentran grandes células repletas de microvacuolas. La reflexión del color azul se produce a nivel de esta especie de capa espumosa. Bajo este estrato de células se encuentran otros cargados de melanina que no intervienen en la coloración sino que absorben los rayos parásitos sobre todo las radiaciones rojas reflejando las azules.
LOS COLORES DE INTERFERENCIA
Algunas aves se caracterizan por poseer reflejos e incluso un verdadero brillo metálico que las hace brillar como joyas. Estas coloraciones intensísimas se deben a interferencias ópticas que ocurren a nivel de bárbulas altamente especializadas. En el nivel donde se producen estas interferencias, las bárbulas están formadas por capas de queratina entre las cuales aparecen granos de melanina que forman un mosaico. Esto produce un efecto similar a un espejo con su capa oscura de fondo y la luz reflejándose en la misma.
El ejemplo más común de este tipo de coloraciones es el de los colibríes y también el de aves como cuervos y gallináceas.
Las aves han despertado desde el principio de los tiempos la admiración en los seres humanos y además de su característica capacidad de vuelo, es su plumaje lo que más capta nuestra atención. El hombre nunca se cansara de maravillarse al contemplar estas joyas aladas.
Hernán Guillermo Chatard
Fotos extraídas de Internet