(Athene cunicularia)
La lechucita de las vizcacheras es una simpática y pequeña lechuza, la única que vive en madrigueras que a menudo construyen ellas mismas en la tierra.
También llamada mochuelo, lechucita pampa, lechucita de campo, lechuza de los arenales, etc.
Por sus hábitos diurnos y su amplia distribución es sin duda la lechuza más conocida y es una presencia más que habitual en nuestra pampa. El plumaje del cuerpo es gris y marrón con manchas blancas. La cabeza redonda con disco facial de color marrón claro con prominentes cejas blancas por encima de los ojos color amarillo intenso, la garganta es blanca, el pico gris oliva y la cera (nariz) de color marrón grisáceo. Las hembras son generalmente más oscuras que los machos.
Al contrario de la mayoría de las lechuzas y búhos son muy activas durante el día y fáciles de observar sobre algún montículo de tierra, una cerca o sobre un poste de luz, parada en un solo pie, atenta a todo lo que ocurre a su alrededor, y si se alteran o se excitan por alguna causa se mueven de arriba hacia abajo como haciendo reverencias. Vuelan con aleteos espasmódicos irregulares y con frecuencia hará deslizamientos largos, intercalados con aleteos rápidos.
Son lechuzas muy vocales, con amplios registro de voces para distintas ocasiones que varían de forma individual y de acuerdo con el estado de excitación de las aves. La hembra tiene una llamada similar a la del macho pero ligeramente más aguda.
Su alimentación abarca una amplia variedad de presas, escarabajos, langostas, también pequeños mamíferos, especialmente ratones y ratas, reptiles y anfibios, escorpiones, murciélagos y otras aves pequeñas como gorriones. Poseen varias formas de capturar a sus presas, persiguen a las langostas y escarabajos en el suelo, usan sus garras para atrapar insectos grandes en el aire, o “flotan” en el aire antes de lanzarse en picada sobre una presa desprevenida. También observan desde un punto alto (poste o árbol) a su presa y luego se deslizan silenciosamente hacia su objetivo.
El horario para cazar de estas lechuzas abarca todo el día, especialmente cuando tienen polluelos para alimentar.
Reproducción: La temporada de anidación comienza a finales de septiembre u octubre. Estas lechuzas son generalmente monógamas. Las exhibiciones de cortejo incluyen parpadear, arrullos, reverencias, arañazos y picoteo.
Construyen sus nidos en madrigueras subterráneas abandonadas, cavadas por mamíferos; si las condiciones del suelo lo permiten cavarán sus propias madrigueras. También utilizarán cajas nido artificiales colocadas bajo tierra. A menudo revisten su nido con diversos materiales secos.
Los adultos generalmente regresan a la misma madriguera o un área cercana cada año. Una o varias madrigueras “satélite” por lo general se pueden encontrar cerca de la cueva de incubación, y son utilizadas por los machos adultos durante el período de anidación y por los juveniles durante unas pocas semanas después de emerger del nido.
Durante la temporada de cría, los machos adultos se alimentan en un radio de 2 a 3 km cuadrados, las áreas de machos vecinos pueden solaparse considerablemente. Una pequeña área alrededor de la cueva de incubación es defendida agresivamente contra intrusiones de otras lechuzas y depredadores.
La puesta será de 6 a 9 (a veces hasta 12) huevos blancos puestos con un día de diferencia, los que son incubados durante 28 a 30 días sólo por la hembra. El macho trae comida a la hembra durante la incubación y se encuentra de guardia cerca de la madriguera durante el día.
El cuidado de los jóvenes, mientras que todavía están en el nido, se lleva a cabo por el macho. A los 14 días de nacidos, los juveniles pueden ser vistos en la entrada de la madriguera, esperando a que los adultos vuelvan con la comida. Los polluelos abandonan el nido en unos 44 días y en este momento comenzarán persiguiendo los insectos de que se alimentarán.
Estas lechuzas viven alrededor de 9 años en la naturaleza y más de 10 años en cautiverio. A menudo son atropellados al cruzar las rutas, y tienen muchos enemigos naturales, incluyendo grandes búhos, halcones, zorrinos, hurones, armadillos, serpientes, gatos y perros domésticos.
Se las suele encontrar en los pastizales abiertos y secos, tierras agrícolas, y hábitats desérticos, a menudo asociados con otros animales de madriguera.
Su distribución abarca desde América del Norte, se extienden hacia el sur en México, América Central y América del Sur, pero las poblaciones han disminuido en muchas zonas debido a la pérdida de hábitat causada por los humanos. En ciertas partes de su distribución pueden ser migratorias.
Hernán G. Chatard
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